21.5.12

Ídolos del fútbol

MUERE BERNABÉ FERREYRA
El 22 de mayo de 1972 falleció Bernabé Ferreyra, una de las estrellas del comienzo del fútbol profesional en la Argentina. Su llegada a River Plate en 1932 por una cifra enorme consolidó el apoyo de “Millonarios” que el club se había ganado con la contratación de Carlos Peucelle. En ocho temporadas en River marcó 187 goles en 185 partidos. Tramos de su vida, en Bernabé, patriarca de fútbol espectáculo, entrevista de Dante Panzeri en El Gráfico, nº 2157 del 1º de febrero de 1961.






   “Revolucionó el fútbol argentino. Transformó el fútbol en espectáculo de multitudes. Hizo el más grande impacto popular que la historia del fútbol argentino registra alrededor de un nombre, de un shot. No hubo, y difícilmente habrá, jugador que individualmente concite más furor de multitudes. Los hubo mejores. Pero no hubo nadie más sensacional. Ninguno de los grandes astros modernos, ni aún el propio Di Stéfano en España, sacuden hoy al mundo del fútbol como lo hizo la figura, la tan participar personalidad y el fulminante shot de 'Bernabé, La Fiera', 'El Mortero de Rufino', 'Balazo' para las multitudes, 'El Ñato' para sus íntimos, Bernabé Ferreyra está desde entonces en el bronce al que lo llevara la mano del artista.
(…)
   A comienzos del campeonato de 1933, Bernabé Ferreyra, 'primer ciudadano del país' en 1932, dijo rotundamente: 'Si no me dan 20.000 pesos no sigo jugando'. Y parece que en medio de tal exigencia (fundada en una promesa que le había hecho River) dejó soltar alguna expresión que no gustó a sus compañeros: 'yo gané el campeonato'. Se encaprichó River, se encaprichó Bernabé, se encapricharon todos sus compañeros. Ei Ñato se fue a Junín. (El presidente de River Antonio) Liberti se fue a Montevideo y trajo al uruguayo Ismael Martínez. El uruguayo no andaba. River andaba de peor en peor. Entonces Carlos Peucelle tomó la iniciativa: 'yo lo voy a buscar al loco'. Peucelle emprendía viaje con Alberto Anglese, y cuando estaba por partir lo encuentra a 'Chelo' Julio Potus, hincha furioso de Boca, vendedor de diarios en la parada de Martín García y Patricios. 'Chelo' jamás lo había tratado a Bernabé. Le gustó el convite de ir a Junín como oportunidad de conocerlo... aunque fuera de River. Allá llegaron. El Ñato los subió a todos en su automóvil y allí empezó Carlos su gestión. Pero ésta no iba dirigida al dinero ni a una invitación a bajar pretensiones para que River transigiera por menos dinero:
   -¡No!... A mí no me interesaba 'la guita', dice Carlos. 'A mí me interesaba que el Ñato viniera a pedir perdón a todos sus compañeros Por eso de que él había ganado el campeonato. Había una justa indignación contra él. ¿Por qué no lo había ganado en Tigre?' Eso fue a buscar Peucelle a Junín: el arreglo de Bernabé con sus compañeros. Que después se arreglaran River y Bernabé.
   Empezaron a hablar. El Ñato manejaba tranquilo hasta el momento en que Carlos decía: 'tenés que ir y pedir perdón a todos'. Allí el Ñato encontraba siempre una esquina para dar un violento viraje, que los desparramaba a todos dentro del auto. Menos a él. 'Yo no sentía nada, yo me agarraba del volante'.
   -'¡Manejá más despacio!', gritaba Carlos. Dejaba de hablarle del perdón y renacía la calma. Insistía en que pidiera perdón y el Ñato se mandaba otro viraje de 90 grados. Desparramo. Protestas. Calma. Nueva gestión conciliatoria. Nuevo viraje. Terminó la gestión en un fracaso. 'Andá a jugar para All Boys', le dijo Peucelle con indignación.
   Carlos y Anglese se fueron a tomar el tren de vuelta. 'Chelo', el desconocido del Ñato, se quedó con él. Y tuvo la increíble habilidad de lograr lo que Peucelle no pudo. Sentados los dos al borde de una cama, entró a domar a 'la Fiera'. De pronto el Ñato se entregó: 'Bueno, hacé lo que vos quieras'. Se lo trajo, y los cuatro llegaron juntos de regreso.
   Fueron a River, a la concentración del estadio de avenida Alvear y Tagle. El encuentro con los jugadores era esperado por cientos de socios de River, aglomerados en la puerta. Napoleón venía a pedirles perdón a sus soldados. 'La Fiera' venía a arrodillarse.
   Carlos Peucelle apunta: 'En realidad ya estaba perdonado con sólo presentarse, aunque no dijera una palabra'.
   Pero 'la Fiera' mantenía su orgullo: Estaba herida pero no vencida. Dañil salió a hacerle frente. Y 'la Fiera' lo enfrentó a Dañil.
   -¿Qué pasa conmigo?
   -Que vos sos el que ganó el campeonato... y nosotros somos.. .
   -¿Y qué hay con eso?... ¿No lo pudiste haber dicho vos también?... ¿Alguien no lo pudo decir estando solo?... Bueno: ¡a mí se me escapó delante de ustedes! ¿Y qué hay con eso?...
   Eso bastó. Allí terminó la primera etapa del conflicto. 'La Fiera' quedó perdonada y la amistad de todos a salvo. Ahora tenía que arreglar con los dirigentes. Ismael Martínez no era solución. 'La Fiera' recibió el dinero que reclamaba...
(...)
   Los compañeros del Ñato lo dicen a cada momento:
   -'Loco', pero muy buen compañero. No se guardaba ninguna. Lo que ganaba él lo decía: 'andá y pedí tanto que yo arreglé por cuanto'.
   Los adversarios lo reafirman:
   -¡Buenazo! Nunca protestó, nunca se enojó. Siempre jugó lealmente. Aguantando todas.
   Y alguien llegó a decir, asombrado de la indiferencia de 'la Fiera' a los hachazos.
   -Le pego, no me dice nada y no se achica.
   Una sola vez en su vida fue expulsado de la cancha. Fue en un clásico con Boca. 'Gomalaca' Martínez se había propuesto sacarlo de las casillas. Finalmente lo consiguió con una estupidez. Los dos afuera. Y además a la comisaría. Y hasta en la comisaría surgió el hombre:
   -Vea, comisario; la culpa fue mía, suéltelo a Martínez -dijo Bernabé. Y toda la culpa era de Martínez... (Este episodio tiene el valor de habérnoslo aportado Ernesto Lazzatti, adversario de Bernabé en aquel partido...).

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