11.4.12

Náutica

VITO DUMAS TERMINA SU PRIMER VIAJE EN SOLITARIO
Hace 80 años, el 13 de abril de 1932, Vito Dumas terminó su primer viaje en solitario. Boxeador, nadador y aviador, destacó como navegante solitario con varias travesías notables. Tras partir del pueblito pesquero francés de Arcachón, llegó al Yacht Club Argentino luego de 121 días de navegación. Su arribo, en Y van dos, nota de la revista El Gráfico, nº 666 del 16 de abril de 1932.



   “Aunque el título no nos pertenece, puesto que lo lleva el segundo libro de un apreciado amigo, hemos creído que le corresponde a esta nota con la cual pensamos cerrar la serie de comentarios sobre la sin igual hazaña de Vito Dumas al hablar de su triunfal llegada.
No hace un año nuestra afición admiró la hermosa proeza del 'Ingrid' y no se había apagado todavía el eco de los aplausos que ella motivó, cuando empezaron a oírse los rumores de la correspondiente hazaña del 'Lehg'.
   Las dos aventuras tienen su mérito por igual, que las condujo a un final victorioso. En uno, la disciplina y precisión de buenos navegantes se pone de manifiesto. En otra, el arrojo temerario en combinación con una voluntad de acero y un físico extraordinario. Esto no quiere decir que Dumas no haya navegado bien. Su recalada al Cabo Santa María demuestra lo contrario. Pero un hombre solo a bordo de un racer (barco de carrera) debe abordar infinidad de problemas, siendo uno de los más importantes el achicamiento del agua que efectúa la embarcación, cuya cantidad, en este caso, según informes, no confirmados, pero que se pueden suponer verídicos, la hacen ascender a cuarenta baldes diarios. De ser cierto, eso significaría que Dumas ha cruzado el Atlántico en un canasto y no en la clásica cascara de nuez con que se designan todos los barcos pequeños.

El Río de la Plata quiere tomar revancha

   El estuario, que en un tiempo lo llamaban el infierno de los marinos, ha pretendido restar al valiente vencedor del Atlántico algo de su gloria, y desde la salida de Montevideo se opuso tenazmente a su avance hacia nuestro puerto, que se encontraba abarrotado por una multitud ansiosa de darle la bienvenida.
   En el local del Yacht Club Argentino, el lunes por la tarde, en una reunión de yachtsmen de gran práctica, que tienen infinidad de cruzadas a la capital vecina, ya se daba como imposible la llegada del 'Lehg' para el día y hora anunciada, a no ser que fuera en su busca una embarcación a motor y lo trajera a remolque. Las condiciones atmosféricas reinantes, la época del año, la bajante del río junto con sus conocimientos los capacitaba para emitir un juicio fundado. Un barco como el de Dumas con buen viento y a rumbo hecho, necesita unas veinte horas para efectuar la cruzada entre ambos puertos; pero en otoño, en que predominan calmas y como en el caso de Dumas el poco viento que hubo era de proa, nadie puede determinar el tiempo a emplear para hacer ese recorrido de ciento cinco millas, y de ahí la inútil espera del martes.
   Nuestro público, demostró ser constante, y el miércoles concurrió tanta o más gente al puerto para saludar a su héroe.

La llegada

   El día 13 se presentó nublado, y un viento fresco del S. S. E., dio esperanzas de que la tan ansiada arribada se llevaría a cabo. Como el día anterior, infinidad de embarcaciones de toda clase salieron al encuentro del 'Lehg'.
   Todos se amontonaron entre los kilómetros 5 y 9 del canal Norte, y aunque esa aglomeración denunciaba la presencia del '8 metros', era muy difícil descubrirlo hasta que cuatro banderas al tope de un mástil individualizaban al barco de nuestro bravo muchacho. Estas banderas eran uruguayas, brasileña, española y francesa, los cuatro países en que tocó durante su extraordinario viaje.

Una maniobra admirable

   Dumas ha hecho el miércoles a su llegada, una maniobra admirable, poniendo de manifiesto su capacidad de yachtsman ante miles y miles de ojos que seguían todos sus movimientos.
   Sereno a toda prueba, no lo ofuscó la emoción del momento y mientras todos lo vitoreaban y aplaudían, él cuidaba tranquilamente sus escotas, miraba el gallardete y observaba la situación de los numerosos barcos que lo rodeaban para evitar una colisión.
Las lanchas y vaporcitos, desoyendo sus pedidos, lo fueron apretando cada vez más y al entrar en el Puerto Nuevo, ya casi no lo dejaban avanzar.
   Afortunadamente, las autoridades del Yacht Club Argentino intervinieron entonces, logrando con grandes esfuerzos hacer despejar un camino que le permitiera llegar hasta el fondeadero, pues Dumas se negó a aceptar remolque hasta en esos duros momentos. Ya indicando personalmente cómo deberían apartarse los barcos que obstruían su camino, ya esquivando los yates en e! fondeadero o los que lo rodeaban, pudo, por fin, efectuar una magistral maniobra que llenó de asombro a los entendidos al dejar el barco perfectamente parado junto a la boya de la amarrazón que se le había designado, poniendo así punto final a su hermoso y estupendo viaje.
    Si a esta maniobra, demostración de 'seamanship', sumamos la rapidez con que ha efectuado la travesía, demostración de buen navegante, queda demostrada hasta la evidencia la capacidad completa de la hermosa hazaña que acaba de cumplir.”

Llegada de Vito Dumas y otras noticias de 1932



Nota relacionada:
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