18.3.11

Espectáculos

A 25 AÑOS DEL ESTRENO DE “EL EXILIO DE GARDEL”
El 20 de marzo de 1986 se estrenó El exilio de Gardel (Tangos), la primera película Fernando Pino Solanas filmada tras la dictadura. Protagonizada por Miguel Ángel Solá, Lautaro Murúa, Ana María Picchio, Gabriela Toscano, y los franceses Marie Laforêt y Philippe Leotard, la historia gira sobre la vida de refugiados políticos argentinos en Francia. Tramos de Primer tango en París, entrevista a Solanas de Any Ventura en El Periodista, nº 79 del 14 de marzo de 1986.




   “-Usted fue de los primeros en hablar del exilio interno y del exilio externo en un momento en que en la Argentina había un enfrentamiento entre 'los que se fueron' y 'los que se quedaron'. ¿En qué medida El exilio de Gardel refleja ese planteo?
   -El exilio de Gardel es el exilio del alma argentina, es el exilio del pueblo con sus dos brazos: el interno, de los más, de los que se quedaron, de los que tuvieron que adaptarse a una situación de país ocupado. Y el brazo externo, de los que se fueron, que contrainformaron e impidieron que la dictadura tuviera un frente externo consolidado. Pero mi película no es sólo una película sobre el exilio, es una historia de ficción, de amor y de creación. Es un espectáculo que da lugar a exponer una serie de ideas sobre el proceso creativo. El exilio de Gardel no tiene fin, porque el final de esta metáfora solamente puede ser dado por el triunfo de los que se quedaron.
   -¿El hecho de haber vivido en París hizo que su creación se viera estimulada? ¿De qué manera influyó en la búsqueda de un lenguaje nuevo?
   -Todo poeta o todo pintor tiene un lenguaje propio, tiene una identidad propia. Un talento se logra no sólo en base a sabiduría sino a una identidad. ¿Sabe qué difícil es escribir un poema de amor que sea recordado?
(…)
   -¿Qué quiso hacer con esta película?
   -Quise jugar mi rol de adolescente que se escapa para hacer 'la suya'. Mi película lleva al máximo la poética de los riesgos. Me escapé de la prisión de los géneros únicos.
   -¿Qué hizo entonces? ¿una película perfecta?
   -No, mi película no es perfecta, está lejos de ser perfecta. Yo además critico la búsqueda de la perfección. Ni el hombre es perfecto, ni la vida es perfecta, ni la creación es perfecta. Mi película tiene muchos errores, pero lejos de asustarme eso no me preocupa, porque he ganado en otras cosas.
   -Esta película se estrenó en Buenos Aires, después de haber pasado por la mirada de casi cien países. ¿Cuál es el temor frente a la mirada argentina? ¿Es como mostrarle el boletín a los viejos?
   -¿No quiere que termine con la idea de la creación?
   Yo traté de nutrir mi creación con componentes culturales del Río de la Plata. Del alma del tango, de la milonga. Traté de aprovechar nuestro lenguaje popular, nuestro sentido del humor, del absurdo. Esa manera que tenemos los porteños de hablar en tercera persona del drama que estamos viviendo. Del sainete, de la revista musical, que es un género extraordinario construido por nosotros. ¿Hay algún ensayo escrito sobre nuestra revista musical? No, pero seguramente habrá un montón de intelectuales que incursionaron en el cabaret berlinés o el vodevil francés. Lo mío es una 'tanguedia', mezcla de tango, comedia y tragedia. En mi película los personajes se rompen. Cuando uno vive una crisis muy profunda se quiebra; entonces en vez de resolverlo a través de la psicología los rompí. Todo eso hace el lenguaje de la creación.
   -¿Y la mirada de los viejos?
   -Es tremendamente angustiante, porque uno siempre hace algo para un interlocutor.
   -¿Quién es en el suyo?
   -Yo me he dirigido a los míos, a mi gente, a mi país. Porque esta película es una andanada de amor que penetra sin pedir permiso.”



Imágenes de la película







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