26.3.10

Automovilismo

JONES 1 - REUTEMANN 2 Carlos Alberto Reutemann ganó la décima edición del Gran Premio de Brasil el domingo 29 de marzo de 1981, en el autódromo Ciudad de Río de Janeiro. Pero este nuevo triunfo del piloto argentino en la Fórmula 1 es más recordado por los carteles del equipo Williams que le ordenaban ceder el primer puesto en favor de su compañero, el campeón mundial Alan Jones. La crónica de los hechos, en la nota El magnífico desobediente, publicada en la revista El Gráfico, en la edición nº 3208 del 31 de marzo de 1981.




"Fueron 8 vueltas que gravitarán deci­sivamente en el inmediato futuro de­portivo de Carlos Reutemann. Jeff Hazell, manager del equipo Williams, mostró en la ronda 55 el cartel que pretendió cam­biar el resultado de la carrera, robarle al santafesino una de sus más grandes satisfacciones, ganar nuevamente en Brasil, derrotando nada menos que al campeón
mundial. Bajo la lluvia en los vericuetos de Jacarepaguá, Lole no habrá tenido tiempo seguramente para recordar su otra gran victoria sobre Niki Lauda en Brands Hatch en 1978. No. El tenia que poner en práctica una actitud, un plan ganador nacido en el impulso, en la pasión de convertirse en campeón del mundo.
El cartel que se le mostró decia: '1 JONES - 2 REUTEMANN'. Así de sencillo y escueto. Se lo mostraron nuevamente en las vueltas 56, 57 y 58. Pero las diferencias con su compañero de equipo, en vez de achicarse se ampliaron. Todos esperábamos en boxes que levantara el pie, mientras sufríamos por ver mancilla­das las ilusiones, el trabajo de Carlos y el espiritu deportivo. Recordábamos Long Beach. Entonces fue Alan Jones el que tuvo la protección de una señal: 'Hold Positions' (conserven posiciones). Y esta vez Reutemann debía perder a propósito. Prestarse a un lógico -aunque deporti­vamente censurable- juego de equipo. El número uno es Jones y se le pedía que lo dejara ganar. Pero no. Llegó la vuelta 61 y Carlos seguía a fondo. Cuando en el box le mostraron otra vez la orden con la leyenda 'FALTA UNA VUELTA', se cumplieron las dos horas de carrera y se bajó la bandera a cuadros.
Reutemann era el ganador. Derrotando al mismísimo Jones, y a pesar de la vo­luntad de Frank Williams.

No vi nada, no vi nada. . .

En el box, rodeado de periodistas, y mientras su fiel escudero Neil Catley lo escuchaba, Reutemann declaró:
-Fue una carrera durísima. Anduve a fondo todo el tiempo. El auto estuvo a la perfección.
-¿Sabías que Jones estuvo cerca?
-No, a Jones no lo vi nunca.
-¿Viste los carteles indicándote que Jones debía ser el ganador?
-No, no vi nada.
-¿En serio? Eso parece difícil de creer. . .
-No vi absolutamente nada, tenía em­pañado el visor.
-¿La presión que tenías atrás te mo­lestó en algún momento?
-No, para nada. Sé que Jones se me acercó cuando me encontré con Rosberg adelante. Fue un verdadero calvario pa­sarlo. Pero después me escapé. Tenia bastante controlada la situación.
-¿Algún momento de riesgo?
-Cuando tuve que pasar a los dos Tyrrell que se habían juntado. Ah, y tam­bién cuando Piquet hizo un trompo de­lante mío, aunque pude pasar bien.
Muchas veces se dijo en Argentina que Reutemann era un piloto sin valor. Que en condiciones extremas prefería asegurarse y ceder quizás alguna posición. En Río tuvo un ritmo infernal. No cometió ningún error. Aun luchando, pudo controlar la ca­rrera y tomar desde su habitáculo una decisión que sólo es propia de valientes: ganar la carrera en contra de su compa­ñero y a pesar de la voluntad de su jefe de equipo.
Esta carrera será recordada durante mucho tiempo por Reutemann, Jones, Williams y los que casi nos enfurecimos en los pits cuando aparecieron los carte­les. Esos carteles que Carlos Reutemann sigue afirmando no haber visto. . .

(...)

¿Qué deparará el futuro?

-¿Qué crees que sucederá ahora, entre esta carrera y la de Argentina?
-Nada. No creo que Frank esté enojado...
-Frank quizás no, pero Alan...
-No sé. Me gustó ganar. A él no lo vi. ¿Qué querés que te diga?"

.


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